jueves, 22 de septiembre de 2011

ASOMBRO


Y así en el alma mía vas poniendo la fragancia
sin que sepas las vivencias que entre nos vas instalando
con una lumbre tan blanca como la inocencia. 

Las coloridas frondas que en el jardín se juntan
reviven al estruendo del mundo, pero tú todo lo apagas
y lo armas y lo truenas con el más mínimo soplo.

Lo que fraseo o para fraseo y canto o encanto
entre la espesura del angosto mundo que mis dones pesa
no es sino el soplo de las revanchas que me posas.

Oh, y qué será de ambos cuando manos juntas vemos
y cuando al aire corto mientras tu frente de mi labio es presa
y te me vas soltando tan rotunda, ¿qué será de ambos?

Oh, y qué será del tiempo cuando horas largas fluyen
y cuando el día paro mientras lo que tú me entregas amo
y me verás volando tan palomo, ¿qué será del tiempo?

Oh, y qué será del cielo cuando a Dios amar sentimos
y cuando él nos pesa mientras lo que ya me fluyes siento
y lo sabré juzgando tan señóreo, ¿qué será del cielo?

Y me dices no lo entiendo ni comprendo, más nos vale
por la dicha venidera que sea cierto, más nos obra
que el asombro no lo pierdas ni lo cubras ni lo cortes.

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