Tantas aguas bruscas me golpean en el pecho corazón,
tanta fatal agonía de tanto desespero fiero abarcar,
de no tenerte y no encontrarte y que me falte tu calor nocivo.
Tantas palabras de canciones que se impregnan corazón,
tanto desmán de cantor de tanto designio suelto encontrar,
de no dormirme y no mirarte y que te sobre mi clamor viciado.
Tanto delito el tenerte siempre entre las mieles corazón,
tanta loca lobreguez de tanto bravío aroma respirar,
de no abarcarte y no coturno y que se esfume mi cantar nocturno.
Tanta acusación del mundo nos separa del delirio corazón,
tanta torpe burla de tanto fulgor nuestro rostro expresar,
de no fingirlo y no ocultarlo y que nos baste un mismo soplo vivo.
Tanta poesía entre dormida en nuestras locas almas corazón,
tanta misteriosa luz de tanta oscura noche juntos convivir,
de nominarte y presumirte y que recuerdes mi versar continuo.
Tanta brusca algarabía entre las gentes del contorno corazón,
tanto predicar sin ver de tanto en vano el rumbo caminar,
de deambular y no encontrar y que se nieguen ante un Dios rotundo.
Tanta majestad divina trae el cielo que se extiende corazón,
tanta sordidez de tanto verso hermoso en el oído transcurrir,
de acostumbrarme y comprenderte y que nos cubra una voraz mirada.
Tanta brusca tempestad desvanecida en tu llegada corazón,
tanto aprecio tu socorro de tanta compaña yo necesitar,
de detenerte y apresarte y que nos junte el caminar futuro.
Todo el hondo dormitar en las corrientes de tus ríos,
que delirio ignoto y que entonar fecundo coro
y no se apaga corazón en el hastío.