jueves, 22 de septiembre de 2011

CÍRCULOS DRAMÁTICOS


Que el henchido cielo me ha truncado la sonata
con la tromba de míticos re cíclopes dramáticos,
que ni un fatídico romántico me sale batallando
ni el más shakesperante o Dante me remueve.

Queridísima luciérnaga de la negra hierbatura
relumbras villas anchas de lejanas completudes,
luminareas las veredas y odas con gitanos trucos
maravillosos como la tinta de la nube que levanta loa. 

Dice el trino del tronador que truena desde su trono
yo te trazo con el amor un abrazo de contorno único,
rindo verdaderas rosas al rocío sitibundo de tu láctea
frescura, de tus campos divisorios, de tus praderas.

Querer a quien se quede entre mi pecho como Hapuc
que quema, en la juntura cada órbita es volcánica,
toda esta llovizna es mágica y ondosa y dulceada,
mas con recelo yo néctares sin rumbo saboreo.   

El corazón que retorna al son monolítico del docto
un sumo usufructo del insomnio cuando más recluido,
 serán tifones de líricos asombros que me llegan plenos
serán pentacordios que recuerdo cálidos cuando canto.

Un vital acenso a lo cielado donde Dios me espera
cálido con todo ya deshecho hasta el más fatal pecado,
 y móvil vivo en el asombro como las nubes alejadas
y frágil y lívido hasta lo profundo que si quieres tactas.

Cómo no correr caluroso al colmo de la frescura intacta
y mudo al gran bullicio con un nudo en la garganta,
cómo no recorrer con mis sermones tus costados
y tus algas y tus peces color de orégano en la tarde.

Mis círculos dramáticos que son más que gramáticos
cubrídmelos en todos los arroyos de tus ríos claros,
yo siento me cayendo te, yo siento me vagando te,
yo claustro te, yo preso te, yo aguardo te esperando te...

amo,
más.

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